Menuda decepción

Mi entrada de hoy podría titularse perfectamente con un párrafo de la canción tan preciosa que tiene el grupo Melocos con Natalia (la de la 5ª Estación) la de “Cuando me vaya”, debido a que mi entrada de hoy podría tener a la perfección el título de “nunca pensé que llegaría” y aunque la canción no tiene nada que ver con lo que voy a redactar, creo que esa frase que he puesto describe a las mil maravillas como me siento ahora mismo y cual puede llegar a ser mi estado de ánimo.

Todo ocurrió la pasada mañana del día 18 de este mes (desgraciadamente el día después de mi cumpleaños) cuando tras conectarme al messenger, veo como martuki (uno de mis contactos de messenger) tras felicirtame y pedirme sus más sinceras disculpas por no haberme felicitado el día anterior, me salta con una frase capaz de romper nuestra amistad y dejándome con la duda de “¿De quién nos podemos fiar a día de hoy?”.

Dicha frase capaz de provocarme el malestar que sigo teniendo a día de hoy, no pudo ser otra mejor que la de “que necesidad tienes de hablarte con gente así”, cuando la dije en plan de confianza que por fin mi amigo Danielo (es su nick del messenger) había vuelto a conectarse al messenger después de estar año y medio sin hacerlo por culpa de unos problemas personales que ha tenido con la droga y que no voy a entrar en detalles.

Danielo aparenta ser muy buena gente, pero por culpa de las llamadas "malas compañías" se metió en ese mundo y como nunca me ha dicho o hecho nada malo, pues cuando se fue sin decirme nada de nada decidí no borrarle del messenger y mantener la esperanza (esto es lo último que debemos perder) de que algún día regresará para seguir llevándonos igual de bien le pese a quien le pese y me digan lo que me digan de él.

Además danielo no sabe donde vivo ni nada por el estilo, por lo que digamos que estoy a salvo de que me pueda hacer nada malo y si hay alguien que en cierto modo podría localizarme y hacerme daño de verdad desde luego que será algún "bicho raro" de estos que me rodeaban en el pasado.

He de reconocer que esa frase formulada por martuki no me la esperaba para nada al tratarse de un familiar, puesto que nunca la vi capaz de decirme con quien puedo o no hablar, pero sinceramente está no es la 1ª vez que me dice algo capaz de dañarme interiormente y ni mucho menos es la 1ª ni la última vez que me pide perdón por semejante acto, puesto que nunca ha sido capaz de reconocer el daño que me ha podido hacer con sus frases y ni mucho menos ha sido capaz de pedirme perdón.

La 1ª vez que me dijo la 1ª cosa que me dolió fue cuando la dio por llamar cabrón mi ex por haber vuelto con su ex novia y haberme dejado a mí más colgada que a una percha metida en el armario.

Si esa frase me dolió tanto cabe destacar que no fue por otra cosa que la de, que a pensar de todo a día de hoy le sigo teniendo un cariño enorme, porque nunca nos hemos dejado de hablar del todo, porque odio que la gente hable mal de él sin conocerle de nada en lugar de pensar en lo feliz que fui a su lado durante 2 meses y porque ha sido quien me enseño la cara bonita del amor.

Después y no conforme por lo que me había dicho anteriormente de mi ex, va y se mete con mi amigo el recuerdo (es el mismo chico al que dedique mi entrada de “Carta al recuerdo”), “esto si que la ha quedado genial” fue la 1ª frase irónica que se me paso por la cabeza, pero a diferencia del caso de mi ex, esto ya si que no me pillo por sorpresa, más que nada porque siempre he pensado que “quien lo hace una, lo hace varias”, pero sobretodo porque cometí el puñetero error de presentarla a la ex novia de ese chico cuando me llevaba bien con ella y claro está que algo malo la debió de contar de este chico.

Por último (esto ya si que es la caña) un día se atrevió a engañarme, mentira que por cierto, no tarde nada en descubrir yo solita sin ayuda de nadie y todo gracias a mi lado intuitivo entre otras muchas cosas.

Pero no sé que fue lo peor de todo, si su frase de “que necesidad tienes de hablarte con gente así” o mi respuesta de “a la próxima vez que me vuelvas a decir algo así, vas a salir escaldada”, claro está que a pensar de tener ya 25 años no fue capaz de entender mi frase, pero aunque se lo explique a la perfección, no fui capaz de que me pidiera perdón y la verdad es que ya ni falta me hace que me lo pida.

Yo a ella siempre la he explicado un montón de cosas de ordenadores cuando no ha sabido hacer algo y me lo ha preguntado; la he contado un montón de cosas en plan de confianza (está claro que la consideraba mi amiga); la he animado y apoyado siempre que me ha dicho si estaba de bajón o nerviosa por algo.

Ahora me pregunto “¿Realmente seré tan sumamente imbécil de lo buena que soy con todo el mundo?”, creo que la respuesta es que sí y que con la contestación que la di demostré que poco a poco voy cambiando hasta llegar al punto de actuar sin que me tiemble el pulso (que digo yo que ya era hora) y que mi amigo el recuerdo pudo enseñarme mucho más de lo que él se pueda imaginar.

Este cambio que he dado es gracias a los palos que me va dando la vida y a las personas que en su día me enseñaron tanto como me enseño el recuerdo (si alguna vez te recupero espero que seamos lo suficientemente fuerte como para no dejar que nadie nos separe) y que desgraciadamente la vida me arrebato de mi lado.

Lo único que pretendo con esta entrada, no es otra cosa que demostrarle a la gente que no nos podemos fiar ni de nuestra sombra, pues creo que mi entrada de hoy explicar a la perfección los motivos o causas que me llevan a decir esto y creo que todo acto tiene sus propias consecuencias para bien o para mal.

Sé que nunca seré el ángel de la guarda de nadie, como tampoco seré el salvavidas, pero siempre que cuento algo o aviso a alguien de algo nunca lo hago con mala idea, aunque haya gente que no piense así y a veces me crítiquen tanto.

No obstante y ya para acabar con esta pedazo de entrada del día de hoy, solo diré una cosa y es que a mí no me gusta que me digan si tengo necesidad o no de hablarme con alguien puesto que yo jamás hago semejante barbaridad, que ya no confió en ella para nada y que cuanto más intenten subestimarme (me refiero a reírse de mi inteligencia) más capacidad para descubrir las mentiras tendré aunque esté durante toda mi vida en una silla de ruedas.