Se marcharán los días y las noches,
y en su triste vuelo arrastrará rosas que me regalaste
mientras yo olvidaré tu nombre,
y sanaré de amarte.
Esperaré callada a que mi mente olvide aquellos besos,
esas tiernas promesas imcumplidas,
que con su veneno me brindaron dolor,
y me enseño la falsedad de tu belleza.
Tal vez mi ausencia ahora te haga entender
que un amor verdadero, tiene su dignidad;
Tal vez se llene de pena tu alma y tu conciencia,
y recuerdes que nadie te amará como yo.
Yo sé que puedo levantarme de este dolor,
que no voy a tener miedo de volverme a entregar,
y con la misma intensidad que te amé
impregnaré mi fe en no perder la esperanza
y no volveré a tropezar con tu nombre.
Me llevaré el recuerdo de nuestros mejores días,
pero esta amarga tristeza la voy a enterrar,
y aún habiendo perdido la vida con tu ausencia,
volveré a renacer el día que olvide tu nombre.
HIKIKOMORI: EL SÍNDROME DE LA RETIRADA SOCIAL
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Supongo que todos los países tienen alguna que otra peculiaridad. Japón
destaca por distinguirse de los demás países por la característica
denominada HI...
Hace 14 horas
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