Mi ángel,
mi luz,
y mi razón de ser.
A ti mi pequeño,
que aún estás dentro de mí,
durmiendo y soñando,
mientras oyes mi susurro cuando acaricio mi vientre,
y sientes que te amo.
A ti mi vida,
que eres lo que siempre deseé,
el aire que respiro,
y mi mejor poesía.
Duerme pequeño,
no tengas miedo a vivir,
y sonríe a la vida.
A ti mi pequeño universo de cristal,
al ser que amaré con locura,
y por quien daré mi propia vida.
LA REVOLUCIÓN DEL LIBRO ELECTRÓNICO
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El libro, durante varios siglos una de las fuentes de información por
antonomasia, objeto de atención y dedicación de literatos, investigadores,
bibl...
Hace 5 días
2 comentarios:
Muy bonito. Ese niño se habría sentido muy feliz de tenerte de madre. Ánimo, sigue escribiendo. Un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario Fernando Rubio Pérez y bienvenido a mi blog.
Un besito y descuida que no pensaba dejar de escribir.
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